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¿Se pueden utilizar los sensores de presión en entornos hostiles, como altas temperaturas o atmósferas corrosivas?

Los sensores de presión pueden diseñarse para soportar entornos hostiles, incluidas altas temperaturas y atmósferas corrosivas. A continuación se muestran algunas formas en que esto se puede lograr:

Selección de materiales: Los sensores de presión diseñados para entornos hostiles requieren una selección de materiales meticulosa. El acero inoxidable, conocido por su excepcional resistencia a la corrosión y resistencia mecánica, es una opción básica para la construcción de sensores. Sus distintos grados ofrecen ventajas específicas, como una mayor resistencia a la corrosión por picaduras o aplicaciones de alta temperatura. El titanio, apreciado por su notable relación fuerza-peso y resistencia a la corrosión, encuentra un amplio uso en las industrias aeroespacial, de procesamiento químico y marina. Su compatibilidad con productos químicos agresivos y temperaturas elevadas lo convierte en un candidato ideal para entornos exigentes. Además, los plásticos de ingeniería avanzada como PEEK exhiben una resistencia química excepcional, una alta resistencia mecánica y una estabilidad térmica excepcional, lo que los hace adecuados para aplicaciones donde los sensores metálicos pueden fallar. Estos materiales se someten a pruebas rigurosas para garantizar el cumplimiento de los estándares de la industria y las expectativas de rendimiento en condiciones difíciles.

Sellado: El sellado de los sensores de presión es primordial para proteger los componentes internos sensibles contra condiciones ambientales adversas. Se emplean diversas técnicas, que van desde soldadura láser y unión por fusión hasta procesos de sellado hermético. La soldadura láser crea un sello robusto y a prueba de fugas al derretir y fusionar materiales, lo que garantiza la integridad de la carcasa del sensor. La unión por fusión, por otro lado, utiliza técnicas de unión adhesiva para unir componentes de forma segura, ofreciendo una excelente resistencia a la entrada de humedad y a la corrosión. El sellado hermético implica la creación de un sello hermético entre materiales, generalmente utilizando métodos de soldadura fuerte, para evitar la penetración de gases y líquidos en el interior del sensor. Estos métodos de sellado se someten a estrictas medidas de control de calidad para verificar su efectividad y confiabilidad en condiciones extremas.

Recubrimientos: los sensores de presión pueden presentar recubrimientos especializados para mejorar su resistencia a la corrosión, la abrasión y la exposición química. Estos recubrimientos, aplicados mediante técnicas de deposición avanzadas como la deposición física de vapor (PVD) o la deposición química de vapor (CVD), forman una barrera protectora en la superficie del sensor. Los recubrimientos de PTFE (politetrafluoroetileno) ofrecen una excepcional inercia química, baja fricción y resistencia a altas temperaturas, lo que los hace ideales para entornos hostiles donde hay presentes fluidos o gases corrosivos. Otros recubrimientos, como los recubrimientos cerámicos o a base de polímeros, brindan protección adicional contra la abrasión y el desgaste, lo que prolonga la vida útil del sensor en aplicaciones exigentes. El espesor del recubrimiento, la fuerza de adhesión y la compatibilidad con los materiales del sensor se optimizan cuidadosamente para garantizar el máximo rendimiento y durabilidad.

Aislamiento: en aplicaciones donde la exposición directa a entornos hostiles es inevitable, los sensores de presión emplean técnicas de aislamiento para proteger componentes sensibles y al mismo tiempo mantener mediciones de presión precisas. Este aislamiento se puede lograr mediante el uso de diafragmas, membranas o sistemas llenos de líquido. Los diafragmas actúan como una barrera física entre el medio del proceso y los componentes internos del sensor, desviando las fluctuaciones de presión mientras transmiten la señal de presión al elemento sensor. Los sensores sellados con membrana cuentan con una membrana delgada y flexible que separa el elemento sensor del medio del proceso, lo que permite una medición de presión confiable sin contacto directo con fluidos corrosivos o altas temperaturas. Los sistemas llenos de fluido utilizan un fluido hidráulico o un tubo capilar lleno de aceite para transmitir la presión desde el punto de medición al sensor, aislándolo de condiciones ambientales adversas. Estos métodos de aislamiento están meticulosamente diseñados para garantizar un rendimiento preciso y confiable en entornos operativos desafiantes.

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